A pesar de tu cintura castigada por los brazos de mis piernas
cayó la luna con la cana
a los pies de tu cama
atando cada gota y cada alma
en cada una de las tres patas de tu silencio compungido y denunció
que nunca hubo flores
denunció el espejo demasiado cerca
en la lejanía que acercaba, acentuando cada curva
fundiéndolas en una sola órbita
que giraba y paseaba, iba y volvía
alrededor del sol
del foco que daba luz a la llama.
Lúgubre habitación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario