domingo, 14 de agosto de 2011

(notas de la manzana) Y no se trata de la manzana


Amaría cualquiera fuera el paso, cualquiera la sensación ¿entendes?
Si se queda lejos, si me voy cerca, porque ya está, Porque al pibe lo tengo en el pecho ¿entendes? Esa sensación tan infiel con uno mismo, tan de poco honor, uno empieza a funcionar con un – por delante, un disfuncionamiento divino. Uno aspira, crea, sube a la cima, y baja y todo en mera función de un ser que no es el propio, y uno que lo quiere así. Así que ya prácticamente pertenece. El pibe me duele en el medio del pecho ¿entendes? Lo tengo con una mano en cada pulmón haciendo fuerza. Y por más que cortemos la manzana con cucharitas, se la van a comer los gusanos. En la panza o en el barro, lo mismo da. Y yo que pudiera concederle el universo mimado de astros, y condenarle. Yo que con el fuego y los colores -Revontulet- yo, no puedo decidir tragármela o dejarla caer. Y no se trata de la manzana. No.

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